INTRODUCCIÓN
Aunque el origen del Ier. Imperio Alemán se remontan al Tratado de Verdún que cedió tierras de Carlomagno al este del Rhin al príncipe alemán Luis, fue durante siglos poco más que una expresión geográfica, consistente en cientos de grandes y pequeños estados. Nominalmente, los Estados deben su lealtad al emperador del Sacro Imperio Romano, que también era un rey alemán, pero como los emperadores mostraron poca preocupación por Alemania, el poder real recayó en los Señores de los Estados. La fragmentación del imperio llegó a su clímax con el trágico desenlace de la Guerra de los Treinta Años, 1618-1648, que devastó gran parte de Alemania, destruyendo su agricultura y su comercio medieval y acabo con el intento de los Habsburgo de la unificación de Alemania. Privados de la capacidad administrativa por la falta de recursos, la autoridad imperial se vió completamente impotente. En ese momento, Alemania contenía unos 1.800 pequeños estados, algunos con una población de tan sólo 300 habitantes. El Imperio Alemán de la historia reciente (la creación de Bismarck) se formó el 14 de abril de 1871, cuando el rey de Prusia Guillermo I se convirtió en Emperador de Alemania. El nuevo imperio estaba compuesto por 4 reinos, 6 grandes ducados, 12 ducados y principados, ciudades libres y el territorio imperial de Alsacia-Lorena, anexionado de Francia. Los Estados tenían el derecho de emitir moneda de oro y plata de valor superior a 1 Mark siendo sus fracciones cuestion de las emisiones generales del Imperio.
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